
Francisca Araneda Villena es bibliotecóloga de profesión y desde hace cuatro años es la Directora de la Biblioteca Santiago Severín de Valparaíso, cuenta con una gran experiencia en bibliotecas públicas, escolares, comunitarias y universitarias. Nos recibe en una soleada oficina improvisada y transitoria, en el último piso de este bello edificio, con libros acopiados por doquier, que dan cuenta de los trabajos de conservación que se realizan y que embellecerán aún más esta estructura, resaltando maderas nativas y otras instalaciones de ventanales y puertas (inversión del Ministerio de las Culturas: https://www.bibliotecaseverin.gob.cl/noticias/se-inicia-proyecto-de-conservacion-y-mantencion-del-edificio-de-la-biblioteca-santiago)
A los salones llegan personas de todas las edades a leer, estudiar, investigar y consultar textos, el sol convierte cada espacio en lugares cálidos, llenos de calma y paz. Afuera, el bullicio del tránsito y la vida diaria, se perciben lejanos. Casi fuera de lugar.

Segunda biblioteca a nivel nacional con mayor cantidad de préstamos
La Directora de la Biblioteca nos recibe con optimismo y detalla su desempeño: “Ha sido un gran y bonito desafío, no exento de dificultades. Me tocó reaperturar la Biblioteca después de la pandemia y ha sido un trabajo con buenos resultados: hacer que la gente regrese a la biblioteca, que regrese a hacerse socio o socia, a devolver los libros, que regrese a hacer socios a sus hijos o hijas, que regrese a usar los espacios para estudiar, a las actividades de extensión que tenemos. Nos ha ido bien, a pesar que estamos con la mitad de la biblioteca cerrada por los trabajos de conservación”
Llama la atención el entusiasmo por leer entre los porteños y porteñas, según relata Francisca: “Estamos con muy buenas estadísticas de préstamo e incluso sobre las estadísticas de préstamo pre pandemia. Somos la segunda biblioteca a nivel nacional con mayor cantidad de préstamos, el mes pasado llegamos a 4100 préstamos. Así que estamos súper contentos, porque partimos abriendo dos días a la semana. Ahora hemos logrado afiatar el horario, nos gustaría poder abrir más sábados al mes, actualmente, estamos abriendo dos sábados. Sabemos que para muchas personas ese horario no es suficiente, entonces, queremos extender los tiempos de préstamo, los tiempos de apertura, nuevos servicios, estamos en un buen momento para la Biblioteca.”

Desacralizar la biblioteca
Espacios de encuentro, diálogo y socialización, es la proyección natural que las bibliotecas ofrecen a las personas, en la búsqueda de mayor conexión y lugares libres de prácticas de consumo y transacciones, Francisca profundiza, “Tenemos la convicción que las bibliotecas son más que libros, más que el ejercicio de venir y llevarte un libro, que ya es todo un ejercicio. Incluso está la opción de no leer. Creo que las redes sociales no son una competencia para la lectura, sino que una diversificación de la lectura y las prácticas culturales. Sí debemos reconocer que, de alguna forma, tienen un impacto. Entonces, podemos ser un espacio comunitario, cultural, abierto, diverso, plural. Eso que en la biblioteca tiene que haber silencio, hemos tratado de desentendernos de esa idea, por supuesto que hay espacios que tienen que ser silenciosos, pero no es que las personas no puedan hablar o los niños o guaguas no puedan gritar, son ideas más bien retrógradas, nosotros queremos desacralizar la biblioteca.”
Espacio para no lectores (también)
En la línea de abrir y “sacar” la Biblioteca a la calle, explica: “Salimos con puntos lectores, hicimos biblioplazas, como una forma de desacralizar las bibliotecas, llegar a nuevos públicos, que probablemente no vienen o que piensan que aquí todo es muy ceremonioso, para gente muy culta o muy lectora. La verdad es que no es así, siempre convocamos a las personas que vengan a nuestras actividades, a nuestros espacios, ideal si se quieren hacer socio o socia y llevarse un libro, pero no es un requisito. También la biblioteca puede ser un espacio para los no lectores, ojalá en algún momento se llegaran a transformar en aquello, pero si no es así, la biblioteca debería ser un espacio para todos y todas”
En este auspicioso panorama, ¿quiénes leen más?, nos cuenta: “Le hemos puesto corazón y cabeza y hemos estudiado nuestros públicos, sabemos que, por lejos, nuestras usuarias principales son las mujeres entre 35 a 60 años. Nos certificamos como espacio amigable para la lactancia materna y con actividades para ese público. Nuestra compra de libros está cruzada con temas de género, con sus preferencias lectoras y también nos damos cuenta que hay públicos que es importante trabajar, como, por ejemplo, las infancias, que en términos de inscripción, estaba bajo. Entonces, hicimos una campaña con JUNJI, de modo que los niños, niñas y adolescentes sean vistos como sujetos de derecho y no que exista un adulto o adulta mediando esta relación con la biblioteca. Sabemos que hay gente que a lo mejor cree que la biblioteca está cerrada y se sorprende que sigamos funcionando.”
Arraigo con la cultura porteña
Llama la atención los niveles de lectoría de las personas en tiempos de saturación de redes sociales y un detalle no menor: las paredes externas de la Biblioteca se salvan de los rayados urbanos, Francisca explica: “La figura de la Biblioteca Severín la veo súper arraigada a la cultura porteña. Somos la primera biblioteca pública de Chile, el edificio ha logrado mantenerse, tuvimos un tema con las cornisas, con las termitas, pero es uno de los edificios más antiguos que se mantiene bien y ese no es solo un esfuerzo institucional, sino que también es una respuesta de la comunidad, tenemos pocos rayados. Incluso para el estallido social, no sufrió daños mayores, uno de los pocos rayados que tuvimos decía “por favor, abran la biblioteca”, lo que nos habla de un cuidado y de un cariño. Y a pesar que no se señala con letras grandes que es una Biblioteca y un monumento histórico, la comunidad lo tiene muy arraigado. Hay una historia familiar vinculada a la biblioteca, las personas me dicen: “yo iba ahí a hacer las tareas”, es bien transversal y es una de las fortalezas de la biblioteca. Somos una de las instituciones de mayor tradición y cariño, incluso en la región, los días del patrimonio, vienen 3 generaciones a visitarla, por eso es importante vincularnos con las nuevas generaciones”.
“La gente se sorprende cuando le decimos que pueden inscribir a un bebé y nos dicen: “pero si los bebés no leen!” y les decimos que sí leen, por ello, estamos próximos a implementar una «guaguateca», estamos atentos a implementar nuevos servicios que la comunidad vaya requerimiento, para proyectar la biblioteca hacia un futuro”, destaca la Directora.
El Estado: garante del derecho al acceso a la cultura
Siendo las bibliotecas uno de los faros del conocimiento y la socialización de los y las ciudadanas, ¿cómo instalamos en la discusión pública el cuidado de lo patrimonial, lo histórico y lo ciudadano? ¿Cómo ese rol lo proyectamos en ciudades que decaen como Valparaíso? Francisca señala: “Creo que el rol del Estado es fundamental, por supuesto que hay un trabajo de la comunidad, pero el rol del Estado es ser el garante del derecho del acceso a la cultura, se requiere la participación y la alerta de la comunidad como lo que está pasando con el Barrio Puerto, pero el Estado es el que cuenta con los recursos, con las políticas públicas, con las miradas y lamento que lo que pasa en el Barrio Puerto por ejemplo, no siempre se visibilice en términos mediáticos, pero se está trabajando para el tema del Sitio del Patrimonio, el Archivo Nacional que se va a implementar, se está proyectando que en algún momento, la Biblioteca Severín sea una Biblioteca patrimonial y que en el Barrio Puerto exista una Biblioteca Regional, con estándares nacionales, que respondan a las prácticas que la comunidad requiere.”
Romantización del Valparaíso que fue
Pese a todo, ve el futuro con optimismo en la ciudad, “Veo que se están haciendo cosas, por ejemplo, la recuperación del Castillo San José en el barrio puerto y la planificación sobre el sitio patrimonial, aunque hay poca visibilidad mediática. Está muy en el inconsciente del porteño, el Valparaíso que fue y que probablemente no va a volver a ser, porque si vemos los inicios del siglo XX o fines del XIX hay una romantización, pero había niveles de pobreza altísimos, de analfabetismo, de trabajo infantil, ese súper desarrollo ¿era para todos y todas?, quedan edificios preciosos, pero también está esta romantización. “
Y si de desafíos se trata, la biblioteca suma proyectos e iniciativas: “Como biblioteca, el desafío es no soltar el cuidado del edificio, de lo patrimonial, esperamos que estos trabajos de conservación de puertas y ventanas, sea el inicio, que tiene que ver con el aumento de presupuesto que tuvo el Ministerio de las Culturas. Estamos trabajando en un proyecto integral de alumbrado eléctrico, alcantarillado, ojalá paneles solares, cornisas y abordar el tema del acceso universal, ya que somos un edificio patrimonial, pero confío en que eso avanzará y no soltar a nuestra comunidad, establecer lazos, que las nuevas generaciones tengan presencia en la biblioteca”
Finalmente, “avanzar en medidas de conservación y preservación de nuestras colecciones patrimoniales, que son muy valiosas a nivel regional, fuentes históricas muy relevantes”, concluye la Directora.
Más info en: https://www.bibliotecaseverin.gob.cl/







