
Juan José Vela Bruna (@petrocumvela), es docente de Historia y Geografía, desde sus inicios como estudiante de Pedagogía, se entusiasmó con la idea de conocer los vestigios del mundo precolombino de su comuna, partió visitando y fotografiando los lugares con arte rupestre más accesibles en la comuna y compartía sus hallazgos a sus conocidos y a la gente le gustaba, cada vez le pedían más fotos y reseñas de los lugares que visitaba, fue así como comenzó a buscar información y entender un poco más el legado del mundo precolombino de Petorca.
“Luego como docente, volví a trabajar a la comuna donde formamos un grupo arqueológico con alumnos del Liceo Cordillera y realizamos varias salidas a lugares con hartos petroglifos, realizamos exposiciones internas y externas. Luego, por trabajo, me fui a vivir a Iquique, donde igual tuve la oportunidad de conocer el arte rupestre del Norte Grande, algunos geoglifos, petroglifos y pinturas rupestres, al volver el año 2020 a mi comuna, también vuelve el deseo de conocer más lugares con petroglifos y eso se ha transformado en mi motor de vida”.
Crece cada vez más el interés por conocer los misterios cordilleranos de Petorca, en verano es usual apreciar un sinnúmero de visitantes realizando caminatas por las rutas que los llevan a este tipo de arte arqueológico que sin embargo, se encuentra sin ningún tipo de protección, expuesto a los elementos propios de la naturaleza, pero también a la peligrosa influencia humana.
Para conocer más de este tema conversamos con Juan José Vela Bruna, defensor, divulgador y profesor de este patrimonio, quien nos responde con entusiasmo y pasión.
¿Con qué riqueza patrimonial nos encontramos en estos vestigios que se encuentran en Petorca ?
“Los vestigios de los pueblos originarios presentes en la comuna, son amplios y
variados. En primer lugar, contamos con sitios arqueológicos, con una gran cantidad de petroglifos, luego se ha realizado una gran cantidad de hallazgos arqueológicos, desde piedras tacitas, antaras, tembetás, puntas de proyectil, piedras horadadas y de moler, restos de cerámica, clavas y una cesta que se encuentra en el Museo Fonck de Viña del Mar, encontradas en Pedernal, y así podríamos seguir detallando.
¿Y a qué épocas y origen étnico corresponden?
“Acá ya es un terreno un poco más complejo, ya que nuestra comuna no presenta muchos estudios arqueológicos y los que tenemos no son contemporáneos, más bien son descriptivos en relación a lugares con presencia de petroglifos, a pesar de ello, podemos decir que nuestra comuna es un lugar de encuentro de distintas manifestaciones culturales, tanto del norte como del sur, así lo indica la toponimia. Por otro lado, encontramos una gran cantidad de piedras tacitas, las que los arqueólogos las sitúan en la prehistoria más profunda, más de 10.000 años atrás. También es posible ver petroglifos con técnicas más avanzadas, con clara influencia Inca, pueden ser diaguitas, pre diaguitas, otros asociados a complejos culturales molle y animas. Encasillar los vestigios indígenas a una sola cultura es difícil y no corresponde a una verdad histórica, somos una comuna con una influencia cultural de distintos tiempos y lugares”
¿Cómo crees que podemos resguardar este patrimonio, desde las comunidades y desde el
Estado?
“Hoy día no hay políticas claras y concretas sobre la protección del patrimonio, ya sea desde el Gobierno central, regional y comunal. Las comunidades aún no ven en el patrimonio un elemento constitutivo de identidad, no se organizan, ni las invitan a organizarse en torno al patrimonio. Hay un abandono total del patrimonio, se podría decir que hace un par de años nace recién el interés por el patrimonio arqueológico”
¿Ve mucho daño asociado al actual estado de los petroglifos?
“Claramente, los lugares más accesibles presentan un daño, particularmente el cerro Tongoro o Tongorito, muchos petroglifos se encuentran vandalizados. También hoy existe un interés económico por el patrimonio lo que trae consigo que mucha gente busque artefactos para su posterior venta, lo que implica una fuga del patrimonio desde su lugar de origen.”
¿Cómo que deberíamos transmitir a las comunidades su vinculación a estas huellas de nuestros antepasados?
“En primer lugar, creo humildemente, desde mi perspectiva, que se debieran realizar estudios arqueológicos actuales, luego, iniciar un proceso de bajada de esa información a las comunidades, preparar guías locales en patrimonio arqueológico, deben ser ellos los llamados apoderarse de ese conocimiento y transmitirlo, generar muestras con pendones que se muevan constantemente por la comuna, con gente capacitada para informar y no desinformar respecto al patrimonio. Realizar trabajos, charlas constantes en las escuelas y liceos de la comuna, aún más en los cursos pequeños, vincular a los niños y jóvenes con el patrimonio.”
¿Cuánto hemos perdido de capacidad de conocer, admirar e interesarnos por nuestra historia?
“Personalmente, creo que venimos de vuelta, las personas se están vinculando hoy más con el territorio, están descubriendo las maravillas geológicas y geográficas que presenta el territorio,además existe una preocupación por la conservación del patrimonio hídrico y ecológico. También la gente se está admirando por el patrimonio arqueológico, está comprendiendo el valor que tiene la comuna, desde el punto de vista geográfico, arqueológico, hídrico, histórico, arquitectónico, ecológico, etc. Creo la gente se está dando cuenta del valor de nuestra comuna, por el valor que le asignan los visitantes.”
¿Cuáles son sus ideas, anhelos o proyectos al respecto?
“Son muchos los anhelos e ideas, en primer lugar, me gustaría la construcción de un museo arqueológico en la comuna, en el lugar que sea, pero en la comuna, “repatriar” todos los artefactos que se encuentren en museos cercanos, iniciar un proceso de donaciones culturales por parte de la comunidad en torno al patrimonio arqueológicos, que existan planes educacionales propios en la comuna vinculados, al rescate patrimonial, que el Liceo Cordillera en Chincolo tuviera la especialidad de técnicos en turismo, particularmente en turismo arqueológico.” concluye el profesor.
Más antecedentes sobre el pasado arqueológico de Petorca
De acuerdo a publicaciones de prensa e internet se señala que: “Los petroglifos de Chalaco en Petorca, corresponden a uno de los mayores campos con presencia de arte rupestre en Chile. Consiste en un grupo de más de 50 rocas y 70 paneles grabados con una antigüedad de entre 800 y 1500 años. A pesar del innegable valor del sitio, éste no posee ningún grado de protección y los petroglifos están al alcance de cualquiera”
Serrano Campos, P. (2022).Ensamblaje patrimonial de los sitios de petroglifos de Chincolco en el contexto de crisis socioambiental de la provincia de Petorca: https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/201561,
“En Petorca existe una gran cantidad de sitios de arte rupestre, sin embargo, los más visitados son El Arenal y Quebrada la Monhuaca, lo cual se debe a su fácil acceso en las cercanías del camino vehicular público y al conocimiento de su ubicación. En tanto el sitio Cerro Tongorito, es menos conocido y frecuentado debido a que se encuentra en la cima de un cerro. Por otro lado, los sitios ubicados en el sector El Sobrante tienen su acceso restringido por los dueños del terreno que son la Sociedad Agrícola y Ganadera El Sobrante…”
“…Las primeras colectividades indígenas estuvieron presentes en el sitio alrededor del año 400 después de Cristo (445 ±150 d.c.). Si bien según la fecha se puede adscribir al llamado Período Alfarero Temprano, de Chile Central, es difícil reconocer a que desarrollo cultural específico pertenecían (Molle, Bato o Llolleo). El segundo grupo hizo ocupación del sitio hacia el año 850 después de Cristo (850± 100 d.c) es decir, 400 años más tarde que la población alfarera temprana. Pese a ser contemporáneo a las poblaciones Animas, debido a la débil evidencia material encontrada, la población no puede ser vinculada a ningún grupo específico. El tercer grupo humano que habitó la Quebrada la Monhuaca se adscribe a las poblaciones del período Alfarero Tardío, la cual tuvo una fuerte presencia en el sitio como confirman 5 de los 7 fechados obtenidos que van desde el año 1020 ± 100 d.c. hasta el año 1245± 80 d.c.. Después el sitio fue abandonado. Sin embargo, considerando la cercanía que tiene el sitio con el camino del Inca existe una alta probabilidad de que haya sido conocido por grupos posteriores al último fechado encontrado (Avalos 1996) En el sitio El Arenal, una investigación realizada en el año 2015, vincula a los petroglifos principalmente a dos períodos. El primero asociado al PAT, y a grupos alfareros tempranos de la cultura Molle y Bato y posteriormente al período Intermedio Tardío, relacionándolos con colectividades Diaguitas y posiblemente Aconcagua (Aguilera 2016).”

Fotografías de Juan José Vela



